Hoy, Día Mundial de los Pueblos Indígenas,
las cosas no están como para celebrar en Colombia
El riesgo de que un indígena sea desplazado es cuatro veces más alto que el de un mestizo, y la incidencia de la pobreza en su pueblo es el doble.
No es una violencia cualquiera. Los asesinatos se han duplicado este año en comparación con el primer semestre de 2008. El riesgo de que un indígena sea desplazado es cuatro veces más alto que el de un mestizo. Y el resultado es, literalmente, asunto de vida o muerte colectiva: más de 30 etnias están "en alto riesgo de exterminio cultural o físico por causa del conflicto armado y del desplazamiento forzado", según la Corte Constitucional.
Así que -antes de que la ocasión sea acaparada por celebraciones oficiales y debates intelectuales del multiculturalismo, que olvidan por igual la realidad de la guerra-, conviene detenerse a mirar de frente lo que está pasando
La mala hora
"La situación de los derechos humanos de los indígenas en Colombia es grave, crítica y profundamente preocupante", reiteró hace un par de semanas el relator especial de la ONU para pueblos indígenas, James Anaya, al visitar el país. Anaya tenía evidencia de sobra. En Nariño visitó el territorio del pueblo awá, víctima de la sonada e infame masacre de las Farc a comienzos de año y del acoso posterior de la misma guerrilla y de las "bandas emergentes". Pasó por el Cauca para ver cómo los líderes del pueblo nasa son perseguidos y asesinados porque se niegan a tomar parte en el conflicto, con la sola defensa de los bastones multicolores de su Guardia Indígena. Y recibió documentos que dan fe de las amenazas y del desplazamiento contra los kankuamos y otros pueblos de la Sierra Nevada, que no paran a pesar del proceso de desmovilización de los grupos paramilitares que han asolado la zona. …
La hora de la verdad: la consulta previa
Un tema menos conocido, pero crucial, es la consulta previa. Se trata del deber del Estado de consultar con las comunidades indígenas (y afrocolombianas) antes de emprender un proyecto económico, o de adoptar una ley o una norma general que afecte los territorios o derechos de esas comunidades. Así lo ordenan la Constitución, el Convenio 169 de la OIT y la reciente Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Lo que sobre el papel parece sencillo, en la práctica se ha convertido en un problema político y jurídico de alta tensión. Así lo muestran, por ejemplo, la confrontación de más de 15 años entre el Estado y el pueblo u'wa, en el oriente colombiano, por la exploración petrolera en territorio indígena. O el resultado trágico de la falta de consulta al pueblo emberá katío antes de la construcción de la represa de Urrá, en Córdoba, que la Corte Constitucional intentó enmendar cuando ya era demasiado tarde para evitar el éxodo masivo y la desintegración cultural de los afectados por el proyecto.
Por el mismo lío se cayeron dos leyes icónicas de la política económica del Gobierno: la Ley Forestal y el Estatuto de Desarrollo Rural, que la Corte declaró inconstitucionales porque nunca fueron consultadas con comunidades indígenas y negras…
¿Y ahora qué?
El panorama de los derechos indígenas confirma que este Día Mundial de los Pueblos Indígenas debe ser motivo de preocupación, antes que de celebración. Y que la fecha puede servir para que el Estado avance en las varias y complejas asignaturas pendientes en el tema. Un buen comienzo son dos recomendaciones que, para la ocasión, acaba de hacer la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.
Primera, la hoja de ruta de la política sobre pueblos indígenas deben ser las decisiones de la Corte Constitucional sobre el tema. Por ejemplo, del cumplimiento de los planes de emergencia para las comunidades en riesgo y las demás medidas ordenadas por la Corte en el Auto 04 de este año depende hoy, en buena medida, la supervivencia de decenas de pueblos indígenas.
Segunda, el problema de la consulta previa no da más espera. Los conflictos sobre proyectos se agudizan, y se encuentra paralizado el procedimiento legislativo sobre asuntos que afectan a las comunidades y pueblos indígenas. Después de años de dilación, el Gobierno acaba de sugerir una nueva legislación sobre el tema. Si ha aprendido la lección de la caída del Estatuto Rural y la Ley Forestal, el Gobierno tendrá que asegurar una amplia consulta con las comunidades indígenas y negras antes de presentar el proyecto al Congreso. De lo contrario, es posible que, el próximo año, el Día Mundial de los Pueblos Indígenas tampoco traiga muchas razones para celebrar.
CÉSAR RODRÍGUEZ GARAVITO*Para EL TIEMPOTomado de: http://www.eltiempo.com/domingoadomingo_eltiempo/hoy-dia-mundial-de-los-pueblos-indigenas-las-cosas-no-estan-como-para-celebrar-en-colombia_5807299-